Qué evalúa un psicólogo forense en los casos de custodia de los hijos

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Existen algunos profesionales psicólogos forenses que prestan su evaluación de forma neutral cuando existen causas judiciales de ruptura de parejas y debe determinarse una custodia y visitas de los hijos frente a sus progenitores.

Cuando el caso es de mutuo acuerdo o amistoso, y existe un acuerdo entre ambos progenitores, entonces los jueces y abogados de ambas partes celebran un acuerdo de consentimiento y el proceso sigue adelante sin mayor impedimento.

Pero, en el caso contrario de que los progenitores no se pusieran de acuerdo con la custodia y visitas de los hijos en común, la mediación haya fracasado e, incluso los litigios se hayan estancado o sean implacables; el juez/a deberá solicitar una evaluación profesional de un psicólogo forense.

Cómo se lleva a cabo la evaluación del psicólogo forense frente a un caso de custodia de hijos en una separación o divorcio de los progenitores

La evaluación por parte del profesional psicólogo forense, comenzará primero por una serie de entrevistas a ambos padres de los menores. Durante estas entrevistas, evaluará a cada uno de ellos sus debilidades, sus fortalezas, sus responsabilidades de crianza, su salud mental y su voluntad por establecer una relación de los hijos con el otro progenitor. Si hubiera alguna duda acerca de la estabilidad psicológica de uno o de ambos padres, el juez puede pedir un informe psicológico.

Posteriormente, el psicólogo forense realizará varias entrevistas al menor o hermanos menores, pero por separado. A excepción de si el niño es muy pequeño o un bebé, en la entrevista con él / ella, se le preguntará acerca de sus aficiones, sus amigos, su escuela, sus juegos favoritos, etc. Nunca preguntará al niño/a si preferiría estar con su papá o con su mamá, nunca debe estar el menor coaccionado a elegir entre sus padres.

Puede que el profesional deba visitar el domicilio, de momento en común si fuera el caso, en el que pueda observar el ámbito familiar de los padres y los niños.

También pueden entrevistar o pedir informes al entorno de la familia, como maestros, entrenadores, familia… aunque pueda surgir algún tipo de sesgo, es bastante útil una información extra.

A qué se enfrenta un psicólogo forense durante una evaluación sobre custodia de menores

Para el profesional, este tipo de evaluaciones se deben evaluar de manera neutral y con mucho cuidado y atención al detalle. Pueden enfrentarse a sospechas, enojos, acusaciones falsas, amenazas e, incluso, denuncias.

Existen diversos casos de separaciones y divorcios de parejas con hijos en común, que se enfrentan a situaciones muy complicadas y desagradables. La ira y el enojo hacen mermar una conciliación y llegar a un acuerdo, tratando de desprestigiar a su ex-pareja para que disponga de menos tiempo de convivencia con el menor, con el fin de vengarse o dañarle.

Un psicólogo forense prioriza el bienestar del menor

Tal y cómo explica la colegiada Marisa Hernández Torrijo, el psicólogo forense debe enfocarse en priorizar el bienestar del menor. Una vez completa la evaluación de la custodia del menor, deberá redactar un informe por escrito. Éste será revisado por los padres y sus abogados.

Si este informe es aprobado por ambas partes, entonces el juez dictará una sentencia sobre la custodia del menor.

Por el contrario, si este informe no fuera aprobado por alguna de las dos partes, el psicólogo forense deberá asistir ante el tribunal para declarar como testigo experto. Acto seguido, el juez determinará la sentencia después de su declaración.

Es claro recomendar llegar a un acuerdo previo de forma amistosa, con el fin de evitar situaciones aún más complicadas para toda la familia, si se puede.

Lo que los psicólogos consideran importante en los casos de custodia de los hijos

En un curioso estudio realizado en el año 1997, se solicitaron a varios psicólogos forenses que clasificaran de mayor a menor importancia, los factores que toman en cuentan a la hora de evaluar un caso de custodia de menores en una separación o divorcio.

Los cinco factores que mayor importancia consideraron, fueron:

  1. abuso sexual del niño por parte de uno de sus padres;

  2. maltrato físico del niño por parte de uno de los padres;

  3. opinión y preferencia del niño en caso de tener quince años o más;

  4. necesidades emocionales del niño;

  5. capacidad de cada padre para comprender las necesidades de su hijo y separarlas de sus propias necesidades.

En otro estudio realizado el mismo año, se le preguntó a más de doscientos psicólogos forenses, acerca de qué factor había influenciado más a la hora de tomar una decisión en el informe sobre la custodia de menores. Entre los más destacados, fueron:

  1. uno o dos progenitores son alcohólicos o drogadictos,

  2. un progenitor intenta alejar al niño del otro progenitor influenciándole negativamente sobre él/ella,

  3. un progenitor presenta una mejor crianza que el otro,

  4. el niño tiene un vinculo emocional más estrecho con un progenitor que con el otro.

Ambos estudios determinan que existen casos que son más que justificables para determinar una reducción o retirada de guardia y custodia de un menor a un progenitor, como abusos sexuales, alcoholismo, drogadicción, opinión en menores mayores de quinces años, etc.

Sin embargo, determinar la estabilidad psicológica de cada progenitor es más complicado, sobre todo si se debe analizar la comprensión del progenitor acerca de las necesidades de su hijo/a, o el grado de vinculo que tienen ambos.

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