Del pan creemos que sabemos todo…o no. Porque en ocasiones se convierte en el mayor desconocido. Un alimento que forma parte de nuestras vidas desde que nacemos, pero que alrededor de él hay un montón de leyendas urbanas. Por eso, hoy nos ponemos en manos de profesionales para que nos digan todos los errores que cometemos cuando pensamos en pan.
Si algo nos gusta del pan es que existen un montón de frases. “Al pan, pan y al vino, vino “es una de las expresiones más utilizadas, pero hoy queremos recoger otras que nos han llamado la atención. Una de las que más nos gustan es la de “El pan se entra en todo: en el aceite, en el gazpacho, en el queso y la uva, para dar sabor a beso, en el vino, en el caldo, en el jamón, en él mismo, pan con pan. También solo, como la esperanza, o con una ilusión”.
- Pero hay muchas más. “Si tienes pan y lentejas, para que te quejas”.
- “Bueno es el pan, y mejor, con algo que agregar”.
- “Ni mesa sin pan, ni ejército sin capitán”.
- “Lágrimas con pan, pronto se secarán”.
- Seguro que conoces alguna más, ¿verdad?
- Pero ahora vamos con las leyendas urbanas sobre el pan.
La miga engorda
Uno de los problemas que tenemos cuando comemos pan es saber si engorda. Pues bien, hay que saber diferenciar. En el pan la corteza y la miga son la misma cosa. “Es un mito eso de que engorda más la miga. En todo caso sería al revés: tendrá más calorías la parte más seca, la corteza, con menos agua, al estar más concentrada. Lo que ocurre que engorda es que normalmente el pan lo comemos con todo. Por ejemplo con jamón, con chorizo o lo pringamos en lentejas, alubias o en el cocido.
Meterlo en la nevera
Seguro que lo has escuchado en muchos sitios, pues bien, todo lo que oyes es mentira. No se debe guardar jamás en la nevera. Tendría sentido si fuera un sándwich con una pasta de relleno de queso batido o similar y se puede estropear. En la nevera se endurece más rápido que si lo dejas fuera. Así que ya sabes lo que tienes que hacer cuando compres pan.
Cuanto más caro, es mejor
La mentalidad nos dice que las cosas cuanto más caras, mejores. Bueno, pues en el caso del pan no podemos decir lo mismo. Todo pan lleva una fermentación asociada, y el tiempo de fermentación influye en la calidad. Cuanto más largo, más se encarece el producto. En una barra tipo pistola puede llegar a la hora aproximadamente. Acortarlo va a darle al panadero la posibilidad de tener el pan antes y más barato, pero la calidad se va a resentir.
Ya no se hace el pan natural
Seguro que has escuchando a abuelas o a madres decir que ya no se hace el pan como antes. Pues bien, pueden llevar razón, pero todo depende del sitio donde lo compres. Por ejemplo en El Molino Pan y Café hacen panes con ingredientes 100% naturales, sin aditivos ni conservantes. Un pan natural como el de antes se puede lograr con masa madre, una levadura natural. Y así es cómo lograr hacer un pan con triple Fermentación Alta hidratación y con la máxima calidad de las materias primas. Este tipo de pan permanece tierno durante más tiempo. EL pan que más nos gusta es el de aspecto rústico y el que tiene un sabor inconfundible. Y sobre todo, con corteza dorada y miga ligera con un sutil aroma avellanado. Seguro que ese sabor y olor te devuelve a los mejores momentos de tu infancia.
La importancia del agua
Una de las leyendas falsas más extendidas sobre la calidad del pan, es la que dice que durante el proceso de elaboración “el agua no tiene propiedades mágicas”. No importa si el agua empleada es mineral, del grifo o más o menos alcalina –como a lo largo de los tiempos se ha afirmado–, mientras no tenga olor, sabor ni color, es ideal para hacer pan.
Su nacimiento
Aunque si buscas en Google el nacimiento del pan y te dice que está en Egipto, no es así. Los primeros trozos de pan fueron descubiertos recientemente en una caverna en Mozambique, y datan de hace más de 100.000 años A.C. Así que date cuenta desde cuando está presente el pan en nuestras vidas.
Y ahora conoces mucho más sobre el pan. ¿Qué te parece? La verdad es que hay muchos errores pero poco a poco vamos sabiendo más.