Vivimos en una sociedad en la que prima lo material sobre lo espiritual. El éxito laboral o académico, el poder adquisitivo y todo aquello que nos aleja de lo que somos, está siempre por encima del éxito personal. No se cuentan los triunfos sobre lo bien que nos comportamos, la ética que poseemos o las buenas acciones.
Parece que estamos abocados a ser autómatas que se alejan de sus emociones para poder avanzar en la vida. El desarrollo personal no es exclusivamente la materia, abarca más aspectos de la persona.
Los conceptos están cambiando y hoy, se está priorizando el desarrollo personal en el sentido de lo emocional. Cada vez son más las personas con esa inquietud de desarrollarse interiormente. El crecimiento espiritual y el desarrollo personal se encaran con el desarrollo profesional y el crecimiento labora.
Desde Inspirare nos hacen saber que la psicoterapia, las técnicas de mindfulness y todo lo que conlleva una mejora emocional, está ganando terreno. Ya no es tabú ir a terapia. No importa la razón que te lleve a ello, si necesitas ayuda para encontrar tu esencia, no vas a encontrar dificultades. Siempre habrá detractores, pero en el peor de los casos, te harán notar su indiferencia al respecto.
Puesto que lo que antes era crecer como personal ahora se conoce como desarrollo personal vamos a definir este concepto que cada vez está mas implantado en la mentalidad de la sociedad.
En que consiste el desarrollo personal
En pocas palabras, se trata de un proceso de superación y crecimiento a nivel interno. Durante el mismo, se logra identificar los intereses y valores particulares que tenga cada uno. La introspección ayuda a encontrar los objetivos vitales esenciales para obtener los recursos que nos permitan alcanzar esos mismos objetivos. Con ello, se pretende dar sentido a la vida y tener en mente esos objetivos que nos impulsen a avanzar de forma constante.
La consecución y desarrollo de este proceso de crecimiento personal, pasa por la adquisición de la toma de consciencia de los valores que poseemos y de quien queremos ser en realidad. Para promover los cambios necesarios, debemos llegar a un compromiso con nosotros mismos.
Puesto que el propio proceso se encuentra intrínsecamente ligado a esos valores propios y a los objetivos vitales de cada uno, la forma de entender el desarrollo personal es exclusiva de cada persona. Del mismo modo que la manera de llevarlo a cabo es particular en cada caso.
No se trata de obtener un desarrollo pleno y absoluto en todas y cada una de las facetas de la vida y la persona. El análisis se lleva a cabo con objeto de ser capaces de discernir cuales son las partes de nosotros que queremos mejorar y potenciar.
El desarrollo personal es justo eso, personal de cada uno. Tratar de evolucionar por igual en todos los aspectos que conforman a una persona puede desembocar en un fracaso y un estado de frustración inestimable. El proceso de crecimiento personal, no consiste en contentar a todos, tan solo en contentarse a uno mismo.
Entendiendo que para algunos lo más importante es su carrera, para otros la familia y para otros la naturaleza, hay que comprender que a cada uno le satisfagan un tipo de cosas mientras que a otros les resulten vánales.
La comprensión hacia los demás y sus propias necesidades, es un paso muy importante en el desarrollo personal. Ocuparse de uno mismo y sus necesidades sin pensar en el que dirán o pensarán.
El crecimiento interior no depende de lo que tengamos, ni de los bienes de los que podamos dispones. Es una cuestión de lo que queremos ser, lo que somos y como vamos a lograr llegar a ese punto. La forma de entender la vida cada persona, incide en lo que queremos obtener de ella.
Mientras que para unos el mayor logro es encontrar un trabajo, para otros eso está en segundo plano, prefieren estar agusto consigo mismos.
Factores que influyen en el desarrollo personal
Cada individuo reporta una serie de diferencias en su forma de entender y aplicar el desarrollo personal en su vida. Son tres los factores vitales que influyen en la necesidad o carencia de necesitar ese crecimiento.
El primero de esos factores reside en la personalidad de la persona, la actitud ante la vida, como afronta las situaciones etc. Las personas que mantienen una actitud positiva ante la vida, tienen un carácter proactivo y cuentan con iniciativa para la toma de decisiones suelen ser resolutivas y analíticas. Estos rasgos influyen de manera positiva en los procesos de desarrollo personal. Cada obstáculo se convierte en un reto.
Si la personalidad es fuerte y estable, lo más probable es que los objetivos e intereses sean claros y firmes. Esto proporciona una seguridad imprescindible a la hora de conseguir los logros propuestos.
La propia percepción de la vida que tiene cada uno es otro de los factores que influyen en el desarrollo personal. Existen personas que perciben la vida como si no fuera con ellas, no sienten que tengan ningún control sobre sus vidas. Eso las dirige hacia una actitud derrotista y de aceptación que las impide avanzar. Otras, sin embargo, son conscientes o tienen esa percepción de que siempre hay algo que se pueda hacer. Aunque solo sea decidir como tomar las adversidades. Les va muy bien el dicho de: a mal tiempo, buena cara. Esta actitud les proporciona esa sensación de control que las invita a percibir la vida como una continua evolución interior.
El último de los factores determinantes a la hora de afrontar el crecimiento personal, es el propio entorno. Desde que nacemos el entorno se encarga de modelar y ayudar a construir la personalidad. Desde la infancia se fragua nuestra percepción de la vida y el modo de entender el mundo que nos rodea.
Cuando nos hacemos adultos, no solo nos influye el entorno inmediato. La sociedad, el entorno laboral, familiar y social contribuyen ya sea de forma positiva o negativa, al crecimiento personal.
Por eso es tan importante prestar atención a lo que queremos ser, a como queremos ser y a como somos. Estamos influenciados por mil factores que se escapan a nuestro entender, con el desarrollo personal podemos ser menos influenciables.
Aspectos que redundan en nuestro desarrollo personal
El crecimiento personal abarca varios aspectos de la persona. Cada uno puede necesitar mejorar en alguno y enfocarse en desarrollar y potenciar esa parte de su ser.
Desde el plano afectivo que va a permitir una mejor relación con los seres queridos, creando vínculos y lazos más sólidos. Hasta el físico, para aquellos que disfrutan de una alimentación sana y cuidan su cuerpo.
Los beneficios de lograr un pleno desarrollo personal se harán notar en tu día a día. Poseerás un mayor nivel de autoconsciencia. Sentirás que tienes mayor control sobre tu propia vida. Aumentará notablemente tu autoestima. Mejorarán de forma natural todas tus relaciones y la propia calidad de vida.
También notarás cambios positivos a nivel físico, te sentirás más sano y fuerte. Mentalmente ganarás por igual en salud. Alejarás fácilmente las tensiones y tendrás mayor capacidad para tolerar la frustración y gestionar tus emociones.
Para lograr un buen equilibrio emocional y un desarrollo personal constante, debes trazar un plan de acción en el que primero definas tus objetivos. Luego paso a paso irás tomando las decisiones que te ayuden a alcanzarlos. Hay que ser constante y mantener ese crecimiento en continuo movimiento. Siempre habrá más objetivos que alcanzar a nivel personal.
Si algo hemos de aprender de la vida es, que siempre hay algo que aprender.