Así son los grupos electrógenos que utilizan las ciudades.

Equipo electrógeno.
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¿Te imaginas que no funcionen los semáforos y el alumbrado público en una avenida porque ha habido un apagón de luz? Puede ser un caos, ¿verdad? ¿Que barrios enteros se queden sin electricidad porque hay una sobrecarga en la red debido a la celebración de una feria cercana? Para resolver estas y otras situaciones, los ayuntamientos tienen o alquilan grupos electrógenos.

Un grupo electrógeno es una máquina que transforma energía mecánica en energía eléctrica. Se utiliza, principalmente, como medida supletoria para garantizar el suministro de electricidad en situaciones de emergencia.

Como sucede con todos los motores, necesitan su mantenimiento. Los técnicos de Mínguez S.A., una empresa valenciana que se dedica a la venta, reparación y mantenimiento de estos equipos, nos indican que un grupo electrógeno que trabaje por debajo del 70% de su capacidad de funcionamiento tiene muchas posibilidades de averiarse. Por eso, aunque no haya ninguna situación imprevista, estos equipos se hacen servir varias veces al año.

Aunque parece una diferencia semántica, un grupo electrógeno no es lo mismo que un generador eléctrico. El grupo electrógeno dispone de un motor independiente, normalmente mecánico, para generar electricidad, mientras que un generador no tiene por qué. Por ejemplo, la dinamo de una bicicleta, que usa la energía de la rotación de las ruedas para generar luz, es un generador. Las placas fotovoltaicas, que emplean como fuente de electricidad la energía solar, son otro ejemplo.

Asociamos los grupos electrógenos a los aeropuertos, a los centros comerciales, a las fábricas. Como una medida de emergencia para garantizar el suministro continuo de electricidad. Aunque es menos conocido, también se usan estos dispositivos con fines civiles, para cubrir las necesidades de la población.

La feria de Málaga.

El periódico El Mundo – Andalucía señala que la feria de Málaga consume tanta electricidad como una ciudad de 20.000 personas. Para la capital andaluza esto supone un incremento considerable del consumo eléctrico.

La empresa Naturgy, la antigua Endesa, revisa toda la instalación eléctrica de la ciudad para garantizar que esté en perfectas condiciones. Para los electricistas del ayuntamiento y los técnicos colaboradores de la compañía eléctrica es una semana de guardias. Deben estar disponibles para resolver cualquier avería. Mientras los malagueños están de fiesta, el electricista puede salir escopeteado en cualquier momento para resolver cualquier avería.

Por esta razón, el ayuntamiento suele alquilar durante esos días 3 equipos electrógenos que se conectan a la red de la feria y se ponen en funcionamiento antes de que se produzca un corte eléctrico. Aunque los malagueños no noten nada, no significa que no haya problemas. Para los electricistas, la feria es una semana de infarto.

Durante el 2022, en la provincia de Córdoba, hubo apagones en Cerro Murriano, Villarubia y Alcolea durante la celebración de las fiestas patronales. Barrios enteros se quedaron sin luz por la noche durante la celebración de la feria. Esto se debe principalmente a que la potencia contratada a la compañía eléctrica era inferior a la necesaria y a que una avería eléctrica derivada del recinto ferial puede afectar a los vecinos colindantes.

Por esta razón, por ejemplo, el ayuntamiento de Córdoba reserva cada año una partida del presupuesto de las fiestas para alquilar grupos electrógenos con los que suplir eventualidades. Estos equipos, según informa el ayuntamiento, tienen una potencia mínima de 150 kV y están insonorizados.

España envía grupos electrógenos a Ucrania.

En octubre del 2022, al comienzo de la agresión de Putin a Ucrania, los bombardeos rusos destruyeron más del 30% de las centrales eléctricas del país. En ese momento, el gobierno español envío 4 grupos electrógenos con una potencia de 400 kV y otro de 150 kV. Según tenemos entendido, se ha realizado algún que otro envío más de estas características durante estos casi 2 años de guerra, aunque en una cuantía inferior.

Se trata de una ayuda a la población civil. Sin electricidad no funcionan los hospitales y otros servicios básicos. Para la población es difícil sobrevivir sin electricidad, más todavía cuando, como en aquel momento, se aproximaba el invierno.

Algo parecido sucede en Gaza. Centrales generadoras, estaciones y subestaciones eléctricas son uno de los objetivos principales de los bombardeos de la fuerza aérea israelí. No defiendo a Hamás, pienso que es un grupo terrorista. Pero creo que no tiene nada que ver combatir el terrorismo con dejar a la gente sin electricidad.

Las aventuras belicistas de determinadas potencias conducen a la población civil a unas condiciones infrahumanas anteriores a la edad media. La entrega de grupos electrógenos en estas situaciones de guerra, aunque no lo parezca, forma parte de la ayuda humanitaria, casi al mismo nivel, que el reparto de alimentos.

Cómo son los grupos electrógenos de las ciudades.

Dentro de los grupos electrógenos que utilizan los ayuntamientos están los fijos y los eventuales.

Por ejemplo, en Barcelona, sabemos que en la antigua central de Endesa ubicada en el Paseo Maragall existe un equipo electrógeno de gran potencia que funciona con diesel y que abastece aparte de los barrios de El Clot, Camp del Arpa, Guinardó y Nou Barris. Entra en funcionamiento cuando surgen averías en la red general.

La Feria de Barcelona, ubicada en Plaza España, en las faldas de Montjuic, dispone de su propia red de equipos electrógenos. Se trata de un conjunto de naves y edificios construidos a raíz de la Exposición Universal de 1929, que el ayuntamiento alquila para realizar eventos y ferias internacionales como el Mobil Word Congress.

Es frecuente, por otro lado, que las autoridades instalen grupos electrógenos en hospitales, ambulatorios, residencias de ancianos y centros sociosanitarios.

A esto hay que añadir otros equipos electrógenos eventuales, generalmente móviles, que se suelen alquilar en eventos especiales, como puede ser la realización de una feria.

La potencia de los equipos varía en función de su utilización. Pudiendo ir desde 150 kV a varios megavatios Hora. Un aspecto fundamental es su autonomía de funcionamiento y su arranque automático. Todos ellos están dotados de motores independientes que no están conectados a la red eléctrica, y que, por tanto, funcionan de manera autónoma. También disponen de un depósito de combustible suficiente como para alimentar el motor durante horas. Disponen de sistemas electrónicos conectados a la red eléctrica que ponen en funcionamiento el equipo automáticamente, cuando percibe cualquier interrupción en el suministro eléctrico, sin necesidad de intervención humana.

En los entornos urbanos, la insonorización de los equipos es fundamental. Se busca que los grupos electrógenos no generen un ruido superior a los 70 dB, que vendría a ser el ruido que produce una aspiradora. Lo adecuado sería que se movieran en torno a los 50 dB. Para ello, los grupos electrógenos fijos se instalan en habitaciones específicas, en las que solo están estos dispositivos y que previamente han sido insonorizadas. Para los equipos móviles, se busca que tengan algún sistema de insonorización incorporado y se instalan lo más lejos posible de los núcleos residenciales para que no molesten a los vecinos.

Otro aspecto que se tiene en cuenta es la eficiencia energética. Equipos que generen la electricidad necesaria con la menor cantidad de combustible. Algo que reduce el coste de generación de electricidad y daña menos el medioambiente.

Los efectos contaminantes. 

Uno de los problemas que tienen los grupos electrógenos es que funcionan con motores de combustión interna alimentados con gasoil o gas natural. Esto implica una emisión de gases a la atmósfera. Algo inevitable aunque el motor tenga una alta eficiencia energética.

La Fundación para el Desarrollo de Tecnología de Hidrógeno del Gobierno de Aragón celebró el 15 enero en Zaragoza una conferencia para hablar de grupos los electrógenos alimentados con Hidrógeno. Una tecnología utilizada en países como Suecia y empleada por ayuntamientos de ciudades como Oslo.

Los motores de hidrógeno no emiten CO₂, sino vapor de agua. Por otro lado, son, completamente, silenciosos. Su capacidad para generar energía es la misma que la de un grupo electrógeno convencional y los beneficios para el planeta son infinitamente superiores.

El problema de estos equipos está en su carestía. Supone una inversión inicial muy superior a la de un equipo diesel.

En Suecia se está desarrollando esta tecnología por dos razones. La primera es su cercanía al círculo polar ártico, lo cual hace que noten de una manera especial el aumento del agujero de la capa de ozono y los efectos del cambio climático, en especial, el deshielo de los glaciares. Por otro lado, está la dependencia respecto al gas ruso. La guerra de Ucrania ha hecho que el precio de los hidrocarburos se dispare. Rusia responde a las sanciones internacionales racionando el suministro de gas y encareciendo su precio. Algo que notan especialmente algunos países cercanos.

La Unión Europea se ha puesto a la cabeza en la aplicación de medidas de transición energética, dentro del marco de la Agenda 2030. En ese sentido, está subvencionando el uso de energías renovables. No tanto, el desarrollo de los motores de hidrógeno. Algo que pasaría a ser bastante beneficioso para el planeta y, en concreto, si se desarrolla, como estamos viendo, en los grupos electrógenos.

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