Muchas son las empresas enfrentan momentos críticos que requieren decisiones rápidas y, sobre todo, acertadas. Tal vez has estado en esa situación: un mercado que cambia, una crisis financiera que te pilla de repente, o un problema interno que parece que no tiene solución. En esos momentos, es cuando solemos escuchar hablar de un perfil profesional poco común pero altamente efectivo: el interim manager.
Como empresaria, siempre me ha interesado entender cómo puedo gestionar mejor mi organización, sobre todo cuando las cosas no van del todo bien. Por eso me sumergí en el mundo del interim management, e investigué cómo trabajan y, específicamente, qué es lo primero que analizan al entrar en una empresa.
Mi objetivo es compartir contigo lo que aprendí, para que también puedas comprender cómo puede ayudar este perfil en momentos clave.
¿Qué es un interim manager y qué conocimientos posee?
Para empezar, es importante aclarar qué es un interim manager. En pocas palabras, es un profesional con una trayectoria sólida en dirección y gestión empresarial, que se incorpora temporalmente a una empresa para resolver una situación concreta. Su papel no es el de un consultor externo ni el de un empleado a largo plazo: se trata de alguien que entra con un enfoque muy práctico y operativo.
Sus conocimientos son amplios y profundos. Suelen tener experiencia en varias industrias y dominios como la gestión financiera, la planificación estratégica, la reorganización empresarial y la gestión de crisis. Esto les permite abordar problemas complejos desde diferentes perspectivas. Lo que más me llamó la atención al investigar este perfil es su capacidad para adaptarse rápidamente a contextos desconocidos. Son expertos en entrar a una organización, analizar la situación y tomar decisiones con precisión.
Quizá te preguntes: ¿por qué alguien elegiría a un interim manager en lugar de recurrir al equipo interno? La respuesta está en su imparcialidad, experiencia y velocidad. No tienen lazos emocionales con la empresa, lo que les permite tomar decisiones objetivas basadas en datos y hechos.
¿Cuál es su papel en la empresa?
AMG Interim Management, servicio de gestión profesional a nivel independiente, experimentado y de alto nivel cualitativo, nos explica que el papel de un interim manager no busca sustituir al liderazgo que ya existe, sino complementarlo. Imagina que la empresa está navegando por aguas turbulentas: el interim manager actúa como el capitán temporal que toma el timón para conducir a la organización hacia la estabilidad.
Su función principal es resolver problemas específicos. Esto puede incluir la reestructuración de departamentos, la optimización de procesos, el manejo de crisis financieras o la gestión de cambios organizativos importantes.
Lo que lo distingue de otros profesionales es su enfoque en la ejecución. No se limita a dar recomendaciones, se asegura de implementarlas y de que generen resultados tangibles.
Otro aspecto clave es su capacidad para inspirar confianza y liderar equipos en momentos difíciles. Aunque su rol sea temporal, su impacto puede ser duradero. Al final de su misión, el objetivo es que la empresa quede mejor preparada para enfrentar retos futuros.
No actúa sin pensar: sigue un plan
Uno de los aspectos más interesantes del trabajo de un interim manager es que nunca actúa de manera impulsiva. Aunque las decisiones rápidas son esenciales en muchas situaciones, estas siempre están respaldadas por un plan claro.
Cuando un interim manager entra en una empresa, lo primero que hace es realizar un diagnóstico profundo. Esto incluye entrevistas con el equipo, revisión de documentos financieros, análisis de procesos operativos y evaluación del entorno competitivo. La idea es recopilar toda la información necesaria para entender cuál es la situación actual y qué ha llevado a la empresa hasta ese punto.
Una vez hecho el diagnóstico, se diseña un plan de acción detallado. Este plan no solo incluye los pasos a seguir, sino también indicadores clave que permitirán medir el progreso. Es importante destacar que este enfoque estructurado no significa rigidez. Si las circunstancias cambian, el plan también puede adaptarse, pero siempre de manera informada y estratégica.
¿Qué es lo primero que analiza?
Cuando una empresa está en crisis, el tiempo es un recurso crítico.
Por eso, el primer paso de un interim manager es entender rápidamente la situación general de la empresa. Esto se logra estableciendo una serie de ratios de control que sirven como un termómetro del estado actual de la organización.
Estos permiten identificar problemas y medir el impacto de las acciones correctivas. Además, ayudan a determinar cuáles son los factores específicos que han contribuido a la crisis. Por ejemplo, ¿hay problemas de liquidez? ¿La empresa está operando por debajo de su punto de equilibrio? Estas preguntas son esenciales para priorizar las acciones.
Elementos que analiza para ello
Algunos de los indicadores clave que un interim manager analiza son:
- Solvencia: Mide la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones financieras a largo plazo. Es esencial para determinar si la organización tiene estabilidad económica o si está en riesgo de caer en insolvencia. Evaluar la solvencia permite identificar problemas estructurales, como un exceso de endeudamiento, y tomar decisiones sobre posibles reestructuraciones de deuda o cambios estratégicos para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. Una empresa con una buena solvencia suele ser más atractiva para inversores y socios estratégicos.
- Fondo de maniobra: Se calcula como la diferencia entre los activos corrientes (como efectivo, inventarios y cuentas por cobrar) y los pasivos corrientes (deudas a corto plazo y obligaciones inmediatas), y refleja la capacidad de la empresa para gestionar sus operaciones diarias y cumplir con sus obligaciones en el corto plazo. Si el fondo de maniobra es negativo, significa que la empresa puede enfrentar problemas de liquidez y debe buscar soluciones rápidas para evitar incumplimientos. Un fondo de maniobra positivo indica una base sólida para operar con flexibilidad.
- Punto de equilibrio: Marca el volumen de ventas necesario para cubrir todos los costes operativos, sin generar ni pérdidas ni ganancias. Conocer esto permite identificar si la empresa está en una posición sostenible o si está operando por debajo del umbral de rentabilidad. También ayuda a fijar objetivos claros de ventas y a determinar estrategias para optimizar costos y mejorar la eficiencia operativa.
- EBITDA: El EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización) es un indicador clave que muestra la rentabilidad operativa de la empresa. Se centra en el desempeño del negocio, excluyendo factores financieros y contables que podrían distorsionar la visión general. Un EBITDA positivo indica que el negocio genera ganancias a partir de sus operaciones principales, y si es negativo sugiere que es necesario ajustar la estrategia o los procesos operativos.
Otros elementos que analiza antes de actuar
Otros elementos clave que analiza un interim manager antes de actuar son los aspectos más humanos de la organización.
Por ejemplo, ¿cómo se sienten las personas en su entorno laboral? Un clima positivo indica motivación y trabajo en equipo, pero si hay tensiones o desmotivación, será difícil implementar cambios exitosos.
También se pregunta si todos entienden y comparten los objetivos de la empresa. Muchas veces, los problemas no están en las estrategias, sino en la falta de claridad o en procesos internos que no funcionan bien. Revisar y optimizar esto puede marcar una gran diferencia.
La comunicación es otro punto clave. Un interim manager no solo ejecuta planes, también se asegura de que empleados, líderes y accionistas estén al tanto de los pasos a seguir. Explicar el “por qué” detrás de cada decisión ayuda a reducir resistencias y genera compromiso.
Además, analiza la capacidad de liderazgo dentro de la organización. Identificar líderes fuertes, o bien áreas donde se necesita refuerzo, es esencial para garantizar que los cambios puedan mantenerse en el tiempo. Un equipo bien liderado tiene más probabilidades de adaptarse y responder a los desafíos.
Por último, evalúa la cultura de la empresa y su disposición al cambio. Una cultura rígida o poco receptiva puede ser un obstáculo significativo, por lo que es crucial entender cómo introducir mejoras respetando los valores y las dinámicas existentes. Adaptar las estrategias al contexto cultural asegura una implementación más fluida y duradera.
Al final, el éxito de cualquier cambio depende de las personas. Por eso, más allá de las cifras y los procesos, un buen interim manager siempre escucha, observa y conecta.
Como ves, es muy necesario
Un interim manager aporta experiencia, conocimientos, y una perspectiva fresca y objetiva que puede marcar la diferencia en momentos de crisis. Su enfoque estructurado y su capacidad para actuar con rapidez lo convierten en un recurso invaluable para las empresas que necesitan superar retos complejos.
Lo que más me sorprendió al investigar este perfil es la forma en que combina análisis detallado con acción inmediata. Cada paso está pensado para generar resultados concretos, y su impacto va más allá de la duración de su misión.
Espero que este artículo te haya ayudado a entender mejor el rol de un interim manager y, sobre todo, cómo pueden ayudar a tu empresa en momentos clave. Si alguna vez te encuentras en una situación que parece no tener salida, tal vez sea el momento de considerar este recurso.
Al final del día, lo importante es actuar, y hacerlo bien.