La copa perfecta. ¿Cómo sacar el mejor partido a tu vino?

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¿Puede cada vino tener su copa perfecta?

Seguramente ya lo sospechabas. Y es que el mismo vino, dependiendo del día, nos puede saber completamente diferente. Hay muchos factores que pueden afectar al sabor y al olor del vino, como, por ejemplo, la temperatura o la comida con la que lo acompañes. Pero resulta que puede afectarle incluso el tipo de copa en la que lo bebas, el tamaño o incluso el material con el que esté fabricada.

¿Te gustaría disfrutar mucho más de tus vinos? Pues déjame explicarte unas cuantas nociones para que puedas sacar hasta el último matiz de su olor y su sabor.

 

¿Cristal o vidrio?

Y es que resulta que no son lo mismo.

El cristal es la solidificación de materiales, cuyas moléculas y átomos forman una estructura regular y repetitiva, lo que se puede llamar una estructura perfecta. Se encuentra en formaciones naturales de muchos tipos de materiales. Por ejemplo, la sal es una formación cristalina.

En contraposición, el vidrio es la solidificación de materiales líquidos que han alcanzado ese estado a temperaturas más bajas de lo normal. Sus moléculas y átomos forman una estructura caótica y lejos de ser perfecta. Esto no se encuentra comúnmente en la naturaleza, por lo que se fabrica.

Lo que concretamente se utiliza para fabricar el vidrio que conocemos es el Sílice mezclado con distintas sustancias, según el tipo de vidrio que deseemos conseguir. El de las copas para vino se suele mezclar con un porcentaje de plomo. Este es denominado vidrio de plomo o vidrio óptico.

Las copas de vidrio plomo son mucho más brillantes y trasparentes que las que no tienen plomo, dejando al descubierto todo el esplendor de su contenido. Por si fuera poco, son muy finas, por lo que tienen un sonido delicado, muy especial para hacer brindis y ayudan a la liberación de las burbujas de los espumosos gracias a su delgada estructura vítrea.

A pesar de ello, el óxido de plomo utilizado para su fabricación no puede sobrepasar cierto porcentaje porque por ser perjudicial para la salud. Sin embargo, no hay por qué preocuparse, ya que las copas no sobrepasan esa cantidad y el tiempo de exposición que el vino está en ellas es mínimo.

 

Partes de una copa

Ya que hemos hablado del material, pasemos a las partes de una copa: muy importante para saber qué tipo de copa le va al vino que vayamos a consumir.

La estructura de cualquier copa se divide en cuatro partes:

La base, el soporte de la copa, que debe de ser acorde en proporción al tamaño del cáliz para favorecer su sujeción y equilibrio.

El tallo, por donde sujetamos la copa para no calentar el vino con las manos.

El cáliz, donde descansa el vino.

Y por último el cuello, donde apoyamos los labios, que variará de tamaño según lo que queramos conseguir.

 

Ahora sí: tipos de copas

-Catavinos: Son las ideales para catar. De estructura muy equilibrada y cómoda en su manejo y de cuello estrello y un poco cerrado para favorecer la concentración de olor.

-Copa aflautada: Se usan para los espumosos y el cava. Son alargadas y estrechas, dejando que suavemente cada burbuja recorra todo el cáliz hasta fundirse con el aire y favoreciendo que podamos disfrutar de su aroma.

-Copa para tintos burdeos: La más usada en hostelería, con el cáliz redondeado y el cuello algo cerrado. Su forma te permitirá saborear el olor del vino desde la mesa.

-Para vinos claros: Los blancos y los rosados serán los elegidos para este tipo de copa, muy parecida a la que se usa para tintos burdeos, pero con el cuello más cerrado para contener por más tiempo sus delicados olores.

-Copa para vinos dulces: Son copas más pequeñas con el cuello cerrado hacia el interior. Perfectas para agitar el vino y deleitarnos con su olor cada vez que lo hagamos.

-Para tintos Borgoña: Una copa de cáliz redondo, de estructura grande, elegante y vistosa, con el cuello abierto. Esto favorecerá la perfecta oxigenación de nuestro tinto y bañará el aire con su delicioso aroma.

 

A pesar de la variedad de copas que hay para la gran variedad de vinos de los que podemos disfrutar, hay quien ha creado una copa especifica que los podría abarcar a todos.

¿Y es que puede existir una copa perfecta para la catación de todos los vinos?

La OIV, la Organización Internacional de la Viña y el Vino, ha homologado la copa definitiva para catar vinos.

La copa de cata Afnor ha sido creada por la organización francesa llamada de la misma forma, con el objetivo de que, en las catas de vino, se use una misma copa. Ha sido aceptada por la OIV y por la Organización Internacional de Estandarización. Aun así, muchos expertos discrepan en que sea la copa ideal para catar los distintos vinos y prefieren seguir usando las de siempre.

Nosotros pensamos que no hay nada mejor que usar las copas correspondientes a cada vino, esto convierte el consumo de nuestros vinos en algo especial y mágico.

Hay muchas empresas que trabajan las copas. Algunas de ellas, incluso, las hacen llegar al consumidor en forma de kit para que sea más económico, como el caso de la experimentada empresa Crista Fiel. En cualquier caso, que necesitamos de la mejor copa para poder saborear el vino perfecto es una realidad innegable.

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